viernes, 6 de julio de 2012

La fabada, la dieta Dukan y el camping Lo Monte


La dirección de este camping ha recibido numerosas consultas sobre la compatibilidad de la dieta Dukan con la cocina asturiana que se sirve en nuesto restaurante. Muchos clientes no entienden que la fabada no se incluya en la lista de alimentos permitidos por el famoso doctor francés, poco comprensivo, al parecer, con los gustos españoles.
Comprobada dicha lista, hemos podido constatar que, efectivamente, hay significativas ausencias, entre las que destacamos:
- La ya nombrada fabada. Al parecer, según el médico francés, en uno de los momentos de su dieta, se pueden comer judías (fabes) pero, no sabemos por qué, no es acosejable mezclarlas con el tocino, la morcilla y el chorizo. Por lo visto, es mejor chupar las fabes una a una, en crudo (y sin pan).
- El bollo "preñao". Para el que no lo sepa, consiste en un pan relleno de chorizo. Sospechamos que el dietista le tiene manía a este patrio embutido. Para poder incluirlo habría que sustituir el chorizo por un palito de cangrejo y el pan ... El pan habría que imaginarlo.

- El cachopo. Empezamos a entender la indignación de nuestros clientes. Que un plato elaborado básicamente con carne magra de ternera no pueda tener cabida en la dieta, comienza a ser sospechoso. El Dr. Dukan podría argumentar:

        - Oiga, es que son dos filetes, sí, pero rellenos de jamón serrano y queso, y encima rebozados.

Pues sí, es verdad. Está relleno de jamón y queso, ¿y? ¿Con qué lo rellenamos? ¿Con tortitas de avena?

Sigamos.

- El queso de Cabrales. Se argumenta en su contra su alto contenido en grasa y su característico aroma. Se propone su sustitución por tofu. ¿Por tofu? Preferimos ahorrarnos nuestra opinión.

- El arroz con leche. Pero hombre de Dios, ¿qué tiene en contra? Si el nombre lo dice: arroz y leche. ¿Que lleva azúcar? ¿Usted lo ha visto? Debería informarse mejor porque nunca, repetimos, nunca, se ha añadido azúcar al arroz con leche. A algún cocinero, quizás por despiste, se la ha podido caer un kilito de azúcar en la cazuela, pero no consideramos que sea algo significativo.

Esta lista podría ser mucho más larga, evidentemente, pero desde la humildad de nuestra ignorancia esperamos que sea suficiente para que el Dr. Dukan se apiade de sus lectores y tenga a bien incluirlos en su libro para hacer del verano algo mucho más bonito y placentero.

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